• Iniciar la sesión en modo de prueba o de prácticas o con sala de espera para los asistentes, para volver a probar el sonido y la función de interpretación antes de dar comienzo a las intervenciones.
  • Silenciar todos los micrófonos de entrada, y activar la cámara y el micrófono de quienes intervengan en cada momento únicamente;
  • Iniciar la sesión con comentarios generales para dar tiempo a que se vayan incorporando los participantes (cuando el intérprete trabaje en solitario no se le pedirá que traduzca toda la alocución de bienvenida del orador destinada a dar tiempo a que se incorporen los asistentes, para evitar que acumule fatiga antes de comenzar su prestación efectiva).
  • Al comienzo de la reunión, recordar (por ejemplo mediante una diapositiva) el funcionamiento y uso del servicio de interpretación, y, en su caso, presentar al intérprete.[1]

 

[1] Presentar al intérprete con su cámara abierta antes de activar la función de interpretación permite “poner cara” a las voces que acompañarán la sesión y facilita el seguimiento de una reunión virtual.