- Moderar el turno de palabra para que no se solapen las intervenciones.
La videoconferencia presenta a ventaja de que no se pueden superponer las voces (lo cual la hace ideal para focus groups y otras dinámicas de grupo), pero si se dejan todos los micrófonos abiertos, los participantes pueden quitarse la palabra e interrumpirse mutuamente.
- Recopilar las preguntas formuladas a través del chat para que el moderador las lea en voz alta junto con las formuladas previamente a la sesión, de modo que puedan ser interpretadas a todas las lenguas de trabajo.
Hay que evitar las preguntas orales del público, que rara vez dispone de micrófono profesional.